De Julia

Se ha escrito y se ha dicho que España es un mosaico de cocinas y un abanico de sabores y aromas, que provienen de los mercados romanos, de las ferias medievales y de los salones cortesanos dieciochescos. No obstante, ese maremagno de emboques, si lo analizamos detenidamente, observaremos que tiene un denominador común, denominador que por si solo tiene entidad y carácter suficiente como para convertirse en lo que se ha venido en llamar, cocina tradicional española.

De esta forma le servimos en su mesa, sabrosos platos de carne o pescado, con todo su jugo y sabor, rica pasta y ensaladas bien aderezadas, legumbres con toda su textura y sabor, o estofados y guisados tradicionales, realizados a fuego lento para obtener todo lo mejor de cada uno de los ingredientes, con la maestría de la experiencia.